¿Sabes que son las parábolas de Jesús para niños?
Ya sabemos que Jesús fue un increíble maestro para muchas personas desde hace más de 1,000 años. Sus enseñanzas siguen influyendo la vida de mucha gente en el mundo.
Algunas de ellas fueron enseñadas como parábolas. ¿Qué es una parábola? Es la narración de una historia ficticia para dar un mensaje o una enseñanza a los que la escuchan. Unas de las parábolas más famosas vienen de Jesús, y aquí te vamos a contar algunas como historia también.
Había una vez un gran maestro llamado Jesús. A menudo, hablaba a la gente sobre Dios y cómo ser buenas personas usando historias llamadas parábolas.
Las parábolas de Jesús para niños
La parábola del sembrador
Empezamos con una de las parábolas de Jesús para niños (y no tan niños) más famosas: la parábola del sembrador que es una historia que Jesús contó para enseñar a las personas sobre cómo la palabra de Dios puede ser recibida de diferentes maneras.
En la historia, un hombre salió a sembrar semillas en un campo. Mientras sembraba las semillas, algunas cayeron en el camino, otras cayeron en un lugar donde no había suficiente tierra, algunas cayeron entre espinos y otras cayeron en buena tierra.
Las semillas que cayeron en el camino fueron recogidas por los pájaros y nunca germinaron. Las semillas que cayeron en un lugar donde no había suficiente tierra germinaron rápidamente, pero murieron por falta de agua. Las semillas que cayeron entre espinos crecieron entre ellos, pero los espinos las ahogaron y no dieron frutos. Las semillas que cayeron en buena tierra germinaron y crecieron para dar un gran cosecha.
Jesús explicó que las semillas representan la palabra de Dios y cómo las personas pueden recibirla de diferentes maneras, algunas lo reciben con alegría y lo cultivan, otras lo reciben con indiferencia y no lo cuidan, otras lo reciben con preocupaciones y dudas y no deja crecer, y otras lo reciben con malas intenciones y no les sirve para nada.
La moraleja de la historia es que debemos ser como la tierra buena y recibir la palabra de Dios con alegría y cuidado para que pueda dar fruto en nuestras vidas.

La parábola del hijo pródigo
Otra parábola que Jesús contó fue la parábola del hijo pródigo. Es una historia que Jesús contó para enseñar a las personas sobre el amor y la misericordia de Dios.
La historia cuenta sobre un hombre que tenía dos hijos. Uno de ellos le pidió a su padre su parte de la herencia, y el padre se la dio. El hijo se fue lejos y gastó todo su dinero en divertirse y malgastarlo. Después de un tiempo, el hijo se dio cuenta de que había gastado todo su dinero y no tenía nada. Entonces, decidió regresar a su hogar y pedir perdón a su padre.
Cuando el hijo llegó a casa, su padre lo vio desde lejos y corrió a abrazarlo y besarlo. El hijo le dijo a su padre que había pecado contra él y que ya no merecía ser llamado hijo. Pero el padre le dijo que siempre había sido su hijo y que estaba muy feliz de tenerlo de vuelta en casa. Entonces, ordenó que se preparara una gran fiesta para celebrar el regreso del hijo.
Jesús explicó que esta historia representa cómo Dios nos ama incondicionalmente, y siempre está dispuesto a perdonarnos y recibirnos de nuevo en su hogar, sin importar lo que hayamos hecho.
La moraleja de la historia es que debemos aprender a pedir perdón cuando cometemos errores y aceptar el amor y la misericordia de Dios.

La parábola del buen samaritano
También está la parábola del buen samaritano que es una historia que Jesús contó para enseñar a las personas sobre la bondad y la compasión.
Una vez, un hombre estaba viajando solitario por un camino peligroso cuando fue atacado por unos bandidos. Los bandidos lo golpearon y lo dejaron herido y sin sentido en el lado del camino.
Entonces, un sacerdote llegó caminando por el mismo camino, pero al ver al hombre herido, se alejó por otro camino para no tener que ayudarlo. Luego, un levita, otro tipo de líder religioso, también pasó por el camino e hizo lo mismo que el sacerdote.
Pero, luego de ellos, un samaritano que viajaba por el camino, al verlo se acercó a él, y se preocupó por él, le vendó las heridas, lo puso sobre su propia cabalgadura y lo llevó a una posada donde pudo cuidarlo. Al día siguiente, antes de seguir su camino, el samaritano pago al posadero para que siguiera cuidando al hombre herido.
Jesús explicó a sus oyentes que el samaritano, a pesar de ser de una nación que no se llevaba bien con los judíos, fue quien realmente mostró compasión y amor hacia el hombre herido, mientras que los líderes religiosos no lo hicieron.
Y esa es la moraleja de la historia, que debemos ayudar y ser buenos con todas las personas, independientemente de su raza, religión o estatus social

La parábola del fariseo y el publicano
La parábola del fariseo y el publicano es otra historia que Jesús contó para enseñar a las personas sobre la humildad.
En la historia, dos hombres fueron al templo a orar. Uno de ellos era un fariseo, que era un líder religioso muy importante. El otro era un publicano, que era un hombre que trabajaba para el gobierno y cobraba impuestos a la gente.
El fariseo se puso de pie y comenzó a orar en voz alta, diciendo: «Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos y adúlteros. También ayuno dos veces a la semana y doy diezmos de todo lo que gano».
Por otro lado, el publicano se mantuvo alejado, con humildad y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho diciendo: «Dios, ten piedad de mí, pecador».
Jesús explicó que el publicano fue quien realmente Dios escuchó y aceptó su oración, porque él reconoció su pecado y su necesidad de perdón, mientras que el fariseo se enorgullecía de sus buenas acciones.
La moraleja de la historia es que debemos ser humildes y reconocer nuestra necesidad de Dios, en lugar de enorgullecernos de nuestras buenas acciones.

La parábola de las dos ovejas y las dos monedas
Y por fin, vamos a contar la parábola de las dos ovejas y las dos monedas de plata que es una historia que Jesús contó para enseñar a las personas sobre la responsabilidad y la honestidad.
En la historia, un hombre tenía dos hijas, y él les dio a cada una de ellas una moneda de plata para que las cuidaran. Una de las hijas tomó su moneda y la escondió en un lugar seguro, mientras que la otra hija gastó su moneda en comprar cosas divertidas.
Cuando el hombre volvió, preguntó a sus hijas qué habían hecho con las monedas. La hija que había escondido su moneda le dijo: «Padre, te di la moneda de plata que me diste. La he guardado en un lugar seguro para que no se pierda». Pero la hija que había gastado su moneda le dijo: «Lo siento, padre, perdí mi moneda de plata jugando con mis amigos».
Jesús explicó que la hija que había guardado su moneda demostró ser responsable y honesta, mientras que la hija que la había perdido no había sido tan cuidadosa.
La moraleja de la historia es que debemos ser responsables y honestos con las cosas que se nos confían, y no desperdiciarlas o perderlas por irresponsabilidad.

¿Te gustaron nuestras historias de las parábolas de Jesús para niños?
Jesús contó muchas otras parábolas también, cada una con una enseñanza importante sobre cómo seguir a Dios y vivir una buena vida. A los niños les encantaba escuchar sus historias y trataban de entender la sabiduría que les estaba transmitiendo.
También puedes leer nuestras historias de la Biblia en el blog de biblias-para-ninos.com.